sábado, 24 de marzo de 2018

Tarta de mousse de fresa y chocolate

¡Hola Cocinillas!

¿Qué tal estáis pasando el principio de primavera? Nosotros de maravilla cocinando como siempre y preparando un montón de recetas sencillas y buenísimas. Esta tarta la hice por mi cumple y aunque en un principio iba a preparar la Saint Honoré, que es mi tarta favorita, me dije que había que aprovechar la temporada de fresas y que era mejor dejar el horno libre para cocinar otras cosas así que así fue como se me ocurrió hacer esta tarta. Para hacerla me iba a basar en el procedimiento para hacer la típica tarta tres chocolates pero vi esta receta y me encajaba mucho mejor para que tuviera una consistencia más ligera. La he variado un poquito, como siempre.

INGREDIENTES:

BASE DE LA TARTA:
  • 250 gr de galletas tipo María 
  • 80 gr de mantequilla sin sal derretida

MOUSSE DE FRESAS
  • 300 gr de fresas
  • 50 gr de azúcar
  • 200 gr de nata para montar
  • 3 hojas de gelatina neutra

MOUSSE DE CHOCOLATE
  • 200 gr de chocolate negro para postres
  • 350 gr de nata para montar dividida en 200 gr y 150 gr
  • 3 hojas de gelatina neutra

PREPARACIÓN:
  • Primero pon una base de papel para horno en el molde que vayas a utilizar o engrásalo bien. Este paso es para que después sea más sencillo separar la tarta de la base.
  • Trocea las galletas hasta que queden trocitos pequeños o como arena. Esto puedes hacerlo con un paño limpio y una botellla utilizándola como un rodillo de cocina. Mezcla el polvo de galletas y la mantequilla en un bol hasta que te quede más o menos una mezcla homogénea y expande esta mezcla en la base haciendo que la cubra por completo y que sea lo más plana posible. Mete el molde en la nevera para que la base se vaya endureciendo. 
  • Para la mousse de fresas primero dejamos las hojas de gelatina en agua fría para irlas hidratando. Ahora lava y seca bien las fresas y córtalas en cuartos o más pequeñas, como os sea más cómodo. Ponlas en una cazuela con el azúcar a fuego medio hasta que el azúcar se haya disuelto y haya como un agüilla. Tritura las fresas, puedes hacerlo con una batidora. Yo en este momento añadí una cucharadita de esencia de vainillas pero es completamente opcional.  
  • Una vez trituradas añade las hojas de gelatina bien escurridas y mezcla bien hasta que la gelatina esté disuelta. Pon aparte el puré de fresas para que se vaya enfriando a temperatura ambiente. 
  • Para la mousse de chocolate, al igual que con la de fresas colocamos las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten. Después derretimos el chocolate en 150 gr de nata de montar. Podéis derretirlo bien al baño María o el una cazuela pequeña a fuego medio bajo. Si escogéis la última opción tenéis que remover continuamente para que no se queme ni pegue. Una vez derretido, escurre la gelatina, añádela al chocolate y remueve bien hasta que se disuelva.
  • A continuación monta el resto de la nata, 200 gr (que debe de estar fría al igual que el recipiente donde la montemos) hasta que empiecen a formarse picos pero no hasta que esté del todo a punto de nieve. Ahora incorpora el chocolate poco a poco con movimientos envolventes. 
  • Ahora vierte la mouuse en el molde en el que ya tenías la base de galleta. Extiende bien y aplana con una espátula y vuelve a meter el molde en la nevera.
  • Ahora volvemos a la mousse de fresa. Montamos la nata hasta que se formen picos pero no del todo y añadimos el puré de fresas poco a poco y con movimientos envolveltes. Veréis que se os baja un poco la nata, es normal ya que el puré de fresas es más bien líquido.
  • Por último, viértelo encima de la capa de chocolate, extiéndelo y aplana la superficie y déjalo en la nevera al menos unas 5 horas. Yo lo dejé casi 24 horas. 
  • Para desmoldar pasa un cuchillo por los bordes internos del molde.

Sé que parece una receta liosa ya que tiene un montón de pasos pero en realidad es bastante sencilla. Si queréis añadirle un toque interesante a la base podéis mezclar también un poco de ralladura de limón y también podéis ponerle un toque de canela a la mousse de fresa añadiendo media cucharadita cuando el azúcar se está disolviendo. Para los que sois muy golosos quizás sea mejor añadir un poco más de azúcar a las fresas, aunque a decir verdad así estaba buenísimo. Lo mejor de esta tarta es que se puede preparar con mucha antelación y que apenas tiene azúcar. Además, si la hacéis sin la base y pasado un tiempo en la nevera la metéis en el congelador podéis convertirla en una excelente tarta helada. Y para decorarla podéis hacerlo con fresas y hojas de menta o con ua buena capa de salsa de chocolate. Esperamos que os guste tanto como a nosotros.


¡BUEN PROVECHO!

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